lunes, 1 de julio de 2013

Materia

En tiempos de "crisis" el dinero y los capitales desaparecen y necesitan transformarse en valores sólidos que no pierdan el valor o fluctúen en función de la demanda. Los poderosos invierten en materias primas que intuyen que nunca perderán valor: metales preciosos (oro, plata, platino...) y alimentos básicos (maíz, trigo, soja...).
Si "el tiempo es oro" ellos en este momento se apropian del nuestro. Disponen de nuestro tiempo a su antojo y lo transforman en una materia prima en la que invertir sin perder dinero. Cada día que pasa nuestro tiempo, en este mundo, vale menos; nuestras vidas se devalúan. En un tiempo de mercados y futuros predecibles, de lógicas donde los dineros gobiernan el mundo, una tonelada de cebada podría cambiarse perfectamente por muy pocas horas o minutos de nuestro trabajo (depende del lugar donde suceda la explotación). De la transformación del oro que significa nuestra tiempo, solo recibimos al cambio apenas unas migajas, rabia y desesperación.
De tiempos de largas filas de parados y multitudes de precarios conseguimos salarios bajos. Establecemos un producto al que la afecta la oferta y la demanda. Es fácil, es la lógica de la miseria y quién posee los medios de producción se aprovecha de ella. De tiempos de hambruna y enfermedades en los países a los que nosotros frenamos el desarrollo también se obtienen grandes beneficios en un juego macabro de oferta y demanda. Aquí el valor con el que se enriquecen es la esclavitud, allá la miseria.
La ideología del beneficio cambio y estructuro un nuevo e injusto modo de pensamiento. Cambiamos rentabilidad por cuidados, beneficios por cultura, flexibilidad por tiempo de vida, sostenibilidad por vida natural y futuro por economía. Sin querer destruímos nuestro destino y ahora construimos un infierno. No nos dejaron hacer mucho para que no nos expulsarán del paraíso....

No hay comentarios:

Publicar un comentario