sábado, 1 de junio de 2013

W.C.

"Un hombre, un inodoro". Esta, es la propuesta que traigo hoy para los amigos de la patronal. Idea que se me ocurrió el otro día en el LIDL al ver unos retretes portátiles que vendían con poco éxito en la sección de bazar. De un golpe de plumazo acabaríamos con la polémica de cuanto tiempo y con que frecuencia algunos individuos frecuentan al Señor Roca. Dichos aparatos no les falta detalle y disponen incluso de un espacio para el papel, productos de limpieza o poder guardar el móvil, además de una práctica bandeja extraible (y de fácil limpieza) destinada a la recogida de detritos.
Recuerdo de infancia, como la de otros tantos, son esos dos momentos en la guardería: uno, cuando te dejaban dormir la siesta y dos, cuando te sentaban en un orinal durante un rato para ver si caía algo y de paso te ibas acostumbrando a hacerlo solito. Un dicho de entonces rezaba "orinales con pedales para niños subnormales, si su niño no mea, por lo menos pedalea". Ya ven, aquello era un tratamiento de gran simplicidad pero muy efectivo, aunque fomentara el defecar con tranquilidad y pachorra. Supongo que esto desde ya debería estar abolido de guarderías y centros de cuidados para infantes. Por lo menos en proyecto de Ley. Obligatorio, como el Inglés. Vamos lo digo si queremos pasar a ser un país desarrollado o seguir siendo un país sentado permanentemente en una taza de water.
Recuerden, el tiempo es oro. Son muchos a los que se les escurren minutos con la de mear en sus manos. Al trabajo se va con las necesidades hechas y para cuando ya no puedas más un buen inodoro portátil, fuente de grandes momentos de placer y guardián o vigía de jefes empecinados contra las perdidas de tiempo voluntarias. Se acabó tanto escaqueo. Cada minuto en tu puesto de trabajo cuenta, no lo abandones....

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