viernes, 16 de marzo de 2012

La Huelga

Las huelgas dotan de sentido y fuerza al movimiento sindical y las organizaciones sindicales. La Huelga es el instrumento social al que más teme el capital. La Huelga es unidad, compromiso y lucha. Y aunque a día de hoy también están domesticadas y han perdido el sentido que antaño tenían, aún siguen siendo muy efectivas. 
Este instrumento se ideó principalmente para trabajadores en activo aunque hoy las circunstancias de desempleo obligan también a los parados a que participen activamente en ella. Existen muchas formas de participar activamente en una huelga, además de no asistir al curro. En la próxima sería muy importante no quedarnos en casa y que se nos vea peleando a pie calle. Va a ser la única forma posible de intentar cambiar de opinión al gobierno. Que sea un fracaso o no de ti depende. Se puede participar como piquete informativo, cortando carreteras o simplemente no consumiendo ni gastando dinero ese día. Cada uno tiene a su alcance muchas formas de no participar en la economía el día veintinueve. No solo vale con hacer huelga uno mismo, también hay que intentar que el que vaya a trabajar no tenga en que. No solicitar servicios también ayuda a la huelga. A ser posible evitar desplazamientos, no dar trabajo ni al cajero automático. Paremos todo signo de actividad.
Muchos se acordarán reivindicar para ese día el derecho al trabajo. Recordarles que para ello este año tiene hasta 365 días a mayores. Otros cuantificarán económicamente la perdida de un día de trabajo, para esos, que cuenten a partir de ahora cuanto dinero pierden el día de su despido o el cierre inesperado de su habitual lugar de trabajo. Seguro que mucho más, ¿qué no?.....
Es verdad que no nos gusta quien encabeza la convocatoria y como la convoca. Es verdad que pierde un poco de sentido mientras quienes la convocan siguen empecinados en llegar a un acuerdo y poder negociar. Es verdad, pero esa es otra batalla, mientras tanto, a la huelga compañero, no vayas a trabajar. 
A raíz de esta huelga deberíamos organizarnos y comenzar a trabajar. Y esta no llega de forma casual. El ataque es muy duro. Si no reaccionamos será el comienzo de nuestro final. El comienzo de una nueva y antigua era. La Era del máximo progreso, la nueva edad de oro de la esclavitud.
Es hora de que despierte y se rebelé la clase obrera. Es hora de luchar. No queremos mas negociadores. No queremos sindicalistas profesionales. No queremos políticos impunes y corruptos que nos pinten nuestra vida a su manera. No queremos banqueros, ni especuladores que regulen nuestra manera de vivir.
Tenemos derechos. También dignidad. Que no se le olvide a nadie.

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