sábado, 26 de noviembre de 2011

El Salmón

Dice Andrés Calamaro: "Siempre seguí la misma dirección, lo difícil es la que usa el salmón..." Alguna de las especies del salmón son anádromas:1 nacen en aguas dulces, migran al océano y vuelven al agua dulce para procrear. Se les atribuye la capacidad de volver al mismo sitio donde nacieron para reproducirse, y los estudios recientes muestran que al menos un 90% de los salmones que remontan una corriente, nacieron en ella. No se sabe cómo se orientan, pero puede que su fino sentido del olfato reconozca la química de su río natal. Otras muchas especies pasan toda su vida en el mismo río o en un lago. Al salmón nadie le marca su recorrido ni siquiera la fuerza del agua del río. Tiene un control absoluto de su vida y establece a cada momento donde quiere estar. Por el camino de remonte del río muchos pierden la vida, pero no cambian el objetivo. Respetan el legado de sus ancestros. Recuerdan perfectamente de donde vienen y  lo que son.
El salmón es un espíritu libre. No necesita educación, ni cultura, ni trabajar en ninguna empresa para saber que es lo que tiene que hacer. Más difícil es el río que arrastra y por el que bogamos los humanos. Los humanos seguimos un proceso complejo de amaestramiento y domesticación para que nadie siga o intente remontar el río. Desde nuestra más tierna infancia hasta el final del proceso de educación, la sociedad intenta integrarnos y convertirnos en seres vivos domesticados. Ya luego cuando el hombre necesita trabajar, las empresas son las que nos acaban de domar. Multinacionales, grandes corporaciones o una simple empresa familiar quieren que seas a su imagen y semejanza. Lo más importante en los trabajos es pensar en, por y para la empresa. Cuando fichas en el tajo, deja tu persona en el vestuario. Fichan solas tus manos. Tu voluntad esta vendida (la mayoría de los casos ni siquiera al mejor postor). No pienses. Deja a esa persona perdida en el vestuario muchas horas de tu vida. Y llega un día que te olvidas y te marchas directamente del trabajo a casa sin pasar por el vestuario. Y después así, muchos más días. Ese mismo (que eres tú) como nadie va a buscarle decide marcharse. A veces no suele pasar, pero un día sin saber como o porque tu jefe contigo ya no cuenta. Mientras recoges todas tus cosas y buscas en el vestuario como un loco donde esta tu persona no la encuentras. Igual de vuelta a casa en el medio de la carretera o apartado en una cuneta reconozcas que por ahí se perdió tu persona. Que te atropellaron y no te diste cuenta. Que si A, o que sí B, o tal vez C, es igual en la hora que despiertas es demasiado tarde.
Realmente no fue el perro el primer animal domestico sino el hombre. El hombre que realmente no es libre nunca sabe por donde tirar, ni que hacer con su vida. Solamente se fija en la mayoría e imita la vida de esos tantos.Suele ser que nunca despierte.
Cuando te dejas arrastrar por la corriente te sientes protegido. Sabes como comportarte, son muchos los modelos que puedes reproducir. Lo difícil es ser como realmente quieres ser. Lo difícil es que tu voz se escuche con más fuerza que la de los demás. Difícil es decir, esta mierda que coméis todos no me gusta. Difícil es echar un pulso a todo y seguir teniendo fuerzas.  Lo fácil es dejarse arrastrar. Pensar no sirve de ná. La marea barre e impone sus pensamientos. La marea impone para todos su forma de vida. Muchos por lo que sea, se paran, observan, aplauden y dicen con gesto grave: ¡Como admiro a los salmones!. Nada más, acto seguido dejan que la corriente les arrastre y guíe sus vidas. 
El salmón intenta acabar sus días, donde el de verdad, quiere estar. Otros pasán por esta vida caminando hacia algún lugar que ellos mismos, no serán los que lo determinarán.

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