viernes, 26 de julio de 2013

Tragedia

En realidad lo que está sucediendo en España en estos momentos no es más que una tragedia continua. No es necesario contar las víctimas mortales de un accidente de tren con destino a Galicia para darse cuenta de que esto es así.
Momentos como este demuestran a todos lo importante de un sistema sanitario universal y público. Si todos fuésemos igual de interesados que los mercados o los Gobiernos tomados por la Troika, o el FMI, andaríamos todavía por las vías intentando recaudar fondos para después intervenir e intentar "ayudar" al prójimo. Pero lo primero la pasta en la mano. Menos mal que todavía sigue existiendo la solidaridad, menos mal que a pesar de todo, eso no han sido capaces de quitárnoslo.
En España en nuestro afán de desmontarlo todo, acabamos también con el ferrocarril. El tren que hasta hace poco era cosa de todos ahora mismo muy bien no se sabe de quien es. En busca de las altas velocidades y las conexiones con grandes urbes el modelo se transformó y dejo tirado en un viejo apeadero aquel medio de locomoción tan romántico. En un mundo en el que lo único que importa es avanzar (aunque no se sepa hacia donde) rompimos con nuestro pasado y lo que no resulta rentable (económicamente) lo hacen desaparecer. Así se extingue hoy la FEVE sin que nadie haga nada por evitarlo. El tren que te lleva Bilbao ya no tarda 8 o más horas porque eso no es rentable. Como rentable tampoco es gastarse en mantenimiento, infraestructuras adecuadas y salarios del personal.
Es una tragedia, es verdad. Dejar existir solamente aquellas cosas que producen beneficio. Acabar con todo mientras vivimos en la era de las empresas y el rendimiento. Crear transportes peligrosos por culpa de la precariedad y los recortes. Destruir y acabar con vidas por culpa de la puta austeridad. Ahorrar a costa de nuestra seguridad solo puede traernos ruina y muerte.

sábado, 20 de julio de 2013

Maltrato

Alejar los malos tratos de todas nuestras vidas es algo muy difícil. Socialmente hemos logrado que actitudes violentas y maltratadores de mujeres o niños sean mal vistos. Pero, nunca acabaremos con la violencia y las malas formas.
Allí donde existe desigualdad y unos están en las manos de los otros siempre se genera violencia. Ésta, es una forma de garantizar poder, fomentar el miedo y garantizar que las cosas nunca van a cambiar. La violencia sea de estado, doméstica o en el entorno laboral siempre existirán. Es imposible acabar con ella.
Es muy raro ver en los medios oficiales casos de maltrato en centros de trabajo. Existe una terminología especifica al uso y que reduce casi todo al acoso personal. Vivir y trabajar nos dice que un acoso no es el único maltrato que sufre un trabajador durante su vida laboral. Existen gobiernos, asociaciones patronales, determinados sindicalistas interesados o trabajadores afectados como tú que persisten para que ganar unos cochinos de Euros te resulten muy difícil. No dejar desarrollar o impedir que tu vida sea como tiene que ser es sin duda un ataque a la dignidad. No necesitamos arrastrarnos por el suelo, trabajar quince horas diarias, eliminar o cambiar nuestros descansos y vacaciones para tener acceso a un salario que nos permita vivir sin ahogos.  El sentirse como un esclavo a día de hoy no sorprende a nadie ya. Formar parte de la maquinaria y ser un engranaje que cuando no funciona se sustituye por otro, tampoco. Aceptamos las condiciones. Convivimos con la violencia. No nos dejan señalar con el dedo a quién nos maltrata y nos jode la vida. Abre los ojos, trabajar no implica tragar con todo. En ningún sitio pone que además de buen trabajador sufras y entiendas con simpatía las iras del tirano.

domingo, 14 de julio de 2013

Brecha

En tiempos tan duros como los presentes resulta una inmoralidad que sean unos pocos los que amontonan riquezas. Viven en el lujo, el exceso, la opulencia y la abundancia mientras nosotros desde abajo los admiramos y peleamos por que algún día nos dejen recoger las sobras del banquete.
Alguien dice que los asquerosamente ricos  solamente constituyen un 1% de la población mundial. Puede que sea verdad pero un sistema como este no se sostiene por tan bajo índice de población. Existen un alto porcentaje de la población, del 99% restante, que garantiza que todo esto se cumpla. Son personas cercanas a nosotros que dirigen pequeñas empresas, delegaciones territoriales de multinacionales, son jefes de oficinas bancarias, pequeños agentes de bolsa, rentistas especuladores que amontonan propiedades (por ejemplo) que trabajan activamente y con pasión para que siga existiendo desigualdad. Todo lo que tu dejes de ganar caerá directamente en sus bolsillos. Establecen brechas entre salarios que rozan la inmoralidad y mientras a ti te cuesta pagar la gasolina para poder llegar todos los días al trabajo. Ellos nunca llegarán a tener este tipo de problemas. Un reciente informe establece que la diferencia entre nóminas de los trabajadores y las de los dueños de empresas no debería rebasar la proporción de 1:5. Calculen en su lugar de trabajo, o futuro, cuanto puede llegar a alcanzar esa proporción.
El principal componente de cualquier sociedad que consigue establecer diferencias es el dinero. Las clases sociales se establecen a partir de como se obtienen los ingresos económicos de un individuo. No existen eso que llaman clases medias o bajas. Lo único que importa es hasta cuando te alcanza el salario, si pasas apuros para llegar a los últimos días del mes. El ansía y el amor desmesurado por el dinero garantiza que siempre existamos clases desfavorecidas. En medio de esta guerra no ganamos nadie, solo ganan los de siempre. Hasta la perpetuidad, de abuelos a nietos y de padres a hijos, los poderosos siempre seguirán siendo los mismos. Aquellos que obedecen, oprimen, exprimen y roban sacan a veces un pequeño beneficio. Mientras tanto seguiremos malviviendo camino directo del nicho

domingo, 7 de julio de 2013

Comunicado

A quién le parezca que el presente escrito llega a toro pasado, debo decirle que solo el paso del tiempo es quién a puesto las cosas en su sitio. Nadie más.
Cinco años y medio después de que ingresara en esta empresa muchas cosas han cambiado aparte de peinar más canas y un poco menos de pelo. Este es un lugar con la sensación de estar siempre en movimiento. Es solo una sensación, realmente, nunca hemos avanzado sino todo lo contrario. Existen multitud de frentes abiertos, mucha represión y gran cantidad de injusticias. La sensación de todo el mundo que pasa por aquí siempre es la misma: "....esto, cada día peor...." Da igual que hayan pasado días, meses o años, la sensación de retroceso es siempre la misma. Retrocedemos en derechos, libertades, mejoras salariales o políticas de promoción y ascenso. No avanzamos en organización, defensa colectiva o acción sindical. Reculamos como personas, como compañeros, como obreros.... Aniquilamos y desmontamos cada día un poco más vida familiar, tiempo de ocio y cualquier actividad que tenga que ver con el descanso.
Vestas es una empresa que busca la competitividad, por eso necesita ERES y flexibilidad. Los precios de los molinos se vuelven competitivos cuando nuestras nominas bajan o van a cargo del SEPE. Producimos alargando jornadas y descansando después según convenga. Trabajamos cada día más por el mismo dinero. Exprimen y oprimen nuestras plusvalías. Porque la ley lo permite y porque nadie se opone, ni desobedece. Sí, es verdad que aquí entra más variantes pero yo me quedo con esta parte que a todos nos afecta; Competitividad=Precariedad.
Nadie vela por nuestros derechos, nuestros representantes legales solo están ahí para que se cumpla lo marcado y fijado por la ley. Son obedientes guardianes de la justicia que respetan y adoran. No entienden de desobediencia, ni de rebelión a pesar de que la ley también ahí les protege y ampare. La misma ley que les garantiza financiación, horas y períodos de libre disposición y ser los que apaguen las luces el día que cierre todo esto. Se transforman en un mecanismo parte de la empresa. Agentes comerciales que fijan precios a nuestros derechos y vidas en mesas negociadores. "...Nos dicen cuando tenemos que reír, nos dicen cuando tenemos que aplaudir, nos dicen cuando tenemos que llorar...." Es el nuevo circo.
Estos últimos meses son ya muchas personas los que me han señalado la puerta si esto no me gusta. Tengo que decir que la puerta esta también ahí no solo para quienes somos críticos y lanzamos piedras. La puerta también esta ahí para quién quiera producir mirando a la lejana China, los países del Este o una India empobrecida por culpa de los que más tienen y menos comparten. La puerta también esta ahí para los que nos representan y solamente se preocupan de garantizar su futuro, conservar inalterables su vidas o cambiar horas sindicales por flexibilidad. Aquí, muchos dejamos de chuparnos el dedo hace tiempo. Aquí muchos somos ya los que estamos hasta los güevos!!!!


lunes, 1 de julio de 2013

Materia

En tiempos de "crisis" el dinero y los capitales desaparecen y necesitan transformarse en valores sólidos que no pierdan el valor o fluctúen en función de la demanda. Los poderosos invierten en materias primas que intuyen que nunca perderán valor: metales preciosos (oro, plata, platino...) y alimentos básicos (maíz, trigo, soja...).
Si "el tiempo es oro" ellos en este momento se apropian del nuestro. Disponen de nuestro tiempo a su antojo y lo transforman en una materia prima en la que invertir sin perder dinero. Cada día que pasa nuestro tiempo, en este mundo, vale menos; nuestras vidas se devalúan. En un tiempo de mercados y futuros predecibles, de lógicas donde los dineros gobiernan el mundo, una tonelada de cebada podría cambiarse perfectamente por muy pocas horas o minutos de nuestro trabajo (depende del lugar donde suceda la explotación). De la transformación del oro que significa nuestra tiempo, solo recibimos al cambio apenas unas migajas, rabia y desesperación.
De tiempos de largas filas de parados y multitudes de precarios conseguimos salarios bajos. Establecemos un producto al que la afecta la oferta y la demanda. Es fácil, es la lógica de la miseria y quién posee los medios de producción se aprovecha de ella. De tiempos de hambruna y enfermedades en los países a los que nosotros frenamos el desarrollo también se obtienen grandes beneficios en un juego macabro de oferta y demanda. Aquí el valor con el que se enriquecen es la esclavitud, allá la miseria.
La ideología del beneficio cambio y estructuro un nuevo e injusto modo de pensamiento. Cambiamos rentabilidad por cuidados, beneficios por cultura, flexibilidad por tiempo de vida, sostenibilidad por vida natural y futuro por economía. Sin querer destruímos nuestro destino y ahora construimos un infierno. No nos dejaron hacer mucho para que no nos expulsarán del paraíso....