miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Qué hay de comer?

¿Se imaginan haciendo esta pregunta a su pareja, ser parados de larga duración y en el presente haber dejado de recibir cualquier prestación económica?. Y es que cada vez son más los hogares españoles que no reciben ningún tipo de ingreso mensual, y a lo que yo me pregunto ¿cómo lo hacen?. Aquí no vale decir que coman menos o que no gasten nada, lo sorprendente es cómo hacen para que caiga algo en el plato todos los días.
Un hogar se compone de muchos gastos ineludibles, alquiler o hipoteca, agua, luz, gas calefacción, teléfono, transporte....  Sin dinero nuestra vida como la conocemos no tiene mucho sentido. Sin dinero no podemos tampoco comer, sin dinero no podemos abrigarnos y sin dinero tampoco podemos apenas comunicarnos o relacionarnos, solo por decir algo. Imaginense el aislamiento de todos los miembros de una familia derivado de no tener ní un solo céntimo.
Es una realidad terriblemente silenciosa que cada día machaca y acaba poco a poco con otra familia. Puede que a quien le toque sea a nuestros vecinos o aquel compañero que perdió el trabajo, también quizás aunque no lo sepas, sea alguien que lleve hasta tu misma sangre.  El hambre, la pobreza o la necesidad las apartamos lejos pues es el lado mas oscuro y desapacible del mundo en el que vivimos.
Muchos cuando se referieren a crisis se refieren a que ya no podrán gastar dinero los fines de semana en copas, tampoco en verano habrá viaje de vacaciones, ni mucho menos podrás renovar el televisor por aquella pantalla plana HD de 40". La crisis de verdad tiene otra forma, otro color, un olor mas desagradable y una forma de vida que en verdad acojona.
Mercados ilegales de oportunidades a uno y dos euros en las afueras de grandes ciudades con objetos robados o recogidos en la basura, personas esperando el cierre del super para recoger los alimentos que iban a ir directos para el contenedor, vagabundos buscando abrigo las noches de invierno en un céntrico pero recogido cajero automático, albergues que no dan a basto todas las noches por que poco a poco crece la parroquia o esa familia a la hora de la cena que no puede ver la tele por que les cortaron la luz y se van para la cama sin comer por que esa noche en el frigo se acabo la comida.
Ser pobre es algo que nadie quiere ser, es muy feo (nadie tiene amigos pobres) que nos asusta y nos revela la misera condición  de toda la humanidad. Siempre recordare a Gila cuando contaba aquello de cuando era niño y pasaba el camión de la basura por su casa y su madre gritaba: ¡Dejenos dos bolsas! Siempre lo recuerdo como algo con lo que lloraba de la risa, ahora espero que si algún día me viera como Gila, seguramente lloraría pero precisamente no de alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario