domingo, 3 de febrero de 2013

Olvido

Desde finales del 2012 mi situación laboral ha dado un vuelco. En dos meses no he trabajado más de quince días y el resto del período permanezco suspendido de empleo cobrando el paro. Después de los meses de paro vendrán meses de gran actividad y jornadas diarias reguladas (flexibilidad) de hasta diez horas. En estos momentos mi vida laboral no tiene mucho futuro ni la sensación de que algo llegará para salvarme. Ni aunque permanezca la puerta abierta y la posibilidad de marcharse con una pequeña indemnización. Cualquier otra explicación a mayores sobra. Es un polvorín a punto de estallar....
Movido por esta y otras inquietudes, sin querer, durante semanas, me sorprendí a mí mismo usando Internet para la búsqueda de otra opcion u opciones al trabajo en Fábricas. Existen muchas alternativas al mundo como lo conocemos. Quizás también existan medios diferentes de ganarse un Euro. Aunque la verdad... es muy difícil cambiar la vida de uno, así de repente. Sobre todo si no tienes donde caerte muerto y no tienes nada, ni dinero ahorrado. Cambiar el mundo rural por el urbano no es difícil si tienes pasta. Ayuntamientos de pueblos pequeños y con poca población esperan ansiosos proyectos e inversiones. Otra opción es la de si tienes güajes, pero a parte de vivienda y una pequeña subvención por hijo, poco mas, buscarse la habichuela va por cuenta propia....
Después de días navegando en esa dirección (y asumido mi naufragio) me perdí en un universo de abandonos: Pueblos enteros, escuelas, parques de atracciones, grandes centros comerciales, sanatorios de reposo, gasolineras, antiguas fábricas, vagones de tren.... La lista es muy grande y aunque nadie lo sepa muy cercana. Además no solo se abandonan los lugares, también, abandonamos modos de vida, aquello que no consideramos rentable, formas de divertirnos y hasta maneras de aprender y comportarse. Después del abandono viene el olvido y aquello será como si nunca existió.
Es triste caminar buscando futuro y averiguar que no es por ahí, que esa puerta lleva mucho tiempo cerrada. La vida, verdaderamente,  no da muchas opciones. De los caminos que debo seguir ninguno me gusta. La vida que busco no es posible y si no encuentro futuro aquí, mas difícil ha de ser  en el campo.
Solo queda acostumbrase a otro modo de ser y existir. Expropiarse de nuestras pertenencias, liberarnos del dinero, vivir de los frutos de cada día. Olvidar quienes fuimos. Echar abajo el templo como dijo Cristo. Refundar nuestra persona y nuestro espíritu. No volver a depender de alguien que te contrate y con el que estarás siempre a vueltas mientras dure tu vida productiva. Vivir, compartir y no necesitar mucho. Olvidar el modelo del capitalismo, olvidar el modelo productivo, olvidar la doctrina de las escuelas, olvidar la propaganda de productos y esa mierda que nos atrevemos a llamar democracia.

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