La ignorancia es atrevida dicen algunos....
Esto eran cuatro cerditos de pezuña negra, que ya desde que eran unos lechones soñaban con llegar algún día a ser grandes jamones de reserva, jamones de raza, alimento solamente para el alcance de unas pocas minorías selectas.
Y sin saber por que los cuatro eran muy felices...
-¡Jamón......... jamooooooooooooooón, yo quiero ser un buen Jamón! Cantaban a voz en grito mientras todavía dormía la granja.
Comían todo, todito lo que les echaban, tenían muy buen apetito, comían y mientras cantaban:
-¡Jamóooooooon jaaaaaaaaaaamón, JAMÓN voy a ser buen jamón!
El tiempo pasaba, y para algunos miembros de la granja la canción empezó a sonar aburridora.
-¡Jaaaaaaaaaamon, ,jaaaaaaaammoooooooooon, pero no de York........!
-¡Basta Ya! relincho con todas sus fuerzas el viejo caballo. -No puedo mas!!!!! ¿os habéis fijado alguna vez, que no hay ningún cerdo con mas de dos años en la granja?¿eh?.
Los cerditos se miraron, uno se rasco la cabeza, otro se rasco el hocico y un tercero continuo:
-Jaaaaaaaaaaaaaaaammmmmmmmmmmmoooooooooooooonnn, JAMON! ¡J-A-M-O-N!
Un año mas tarde vino el gallo Crestas y les dijo:
-Hoy es mi último día con vosotros , mañana seré un buen pollo.
-¡Pooooooooooooooooooooollllllioo! ¡P-O-LL-O!
-¡Callate desconsiderado! exclamó Crestas ¡Mañana serviré de alimento en cualquier vulgar mesa.....!
Los cuatro cerditos se quedaron paralizados mientras se lanzaban miradas inquisitorias los entre los cuatro. El gallo Cresta les dio la espalda y mientras comenzaba a alejarse, uno de los cuatro cerditos comenzo: ppppppppppppoooooooolllllllllllllliiiiiiiiiooo...... a lo que se sumo el segundo y el tercer cerdito: ¡¡¡¡PO-LLO!!!!. El cuarto los miraba atónito por que se había dado perfecta cuenta de lo que Crestas les quiso decir.
Los tres cerditos descerebrados volvieron a su canción preferida: - Jaaammmmmmmmmmón, ¡JAMÓN! a lo que el cuarto cerdito interrumpió y grito con todas sus fuerzas:-¡YO YA NO QUIERO SER JAMON, OSTIA!
Los cuatro cerditos se quedaron paralizados mientras se lanzaban miradas inquisitorias los entre los cuatro. El gallo Cresta les dio la espalda y mientras comenzaba a alejarse, uno de los cuatro cerditos comenzo: ppppppppppppoooooooolllllllllllllliiiiiiiiiooo...... a lo que se sumo el segundo y el tercer cerdito: ¡¡¡¡PO-LLO!!!!. El cuarto los miraba atónito por que se había dado perfecta cuenta de lo que Crestas les quiso decir.
Los tres cerditos descerebrados volvieron a su canción preferida: - Jaaammmmmmmmmmón, ¡JAMÓN! a lo que el cuarto cerdito interrumpió y grito con todas sus fuerzas:-¡YO YA NO QUIERO SER JAMON, OSTIA!
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