viernes, 25 de junio de 2010

Una araña y un mosquito

El mosquito estaba feliz porque por fin había llegado el fin de semana. Iba zumbando por la senda en dirección al bosque loco de contento, por que esa misma tarde le habían ingresado la nómina en Caja España. Pensaba como iba a pasar la noche del sábado, cuando sin saber como, se vio envuelto en medio de una tela de araña.
Lo intento por todos los medios, pero le resulto imposible zafarse de la telaraña. Después de mucho rato de lucha continua el mosquito acabo agotado y mecido por la brisa se quedó sopa.
Cuando despertó, allí estaba la dueña de la trampa en la que había caído. Una araña peluda, negrísima y con unas mandíbulas gigantescas.
La araña dijo:
-Eres muy poco bocado para una obra tan perfecta construida por mí! Esperaré.
Y la araña se fue.
Paso un día completo hasta que el futuro verdugo del mosquito regresó.
-Vaya veo que nadie todavía te hace compañía. Eres muy poco bocado....
Tres días, tres visitas  y las mismas palabras de la araña.
El cuarto día el viento y alguna nube cargada de agua liberaron al mosquito. La poca fuerza que le quedaba en las alas le valió para escapar de aquello que se estaba empezando a convertir en su mortaja.
A la misma hora de los otros días regreso la araña, ansiosa y hambrienta por que ese día no había cazado nada. Cuando se fijó que allí el mosquito ya no estaba empezó a perder color y a gritar llena de rabia:
-Seguramente ese miserable mosquito hubiera sido un bocado pequeño pero exquisito!!!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario